¿Sabes qué es el flujo de efectivo y cómo se calcula? Esta es una técnica que se usa en empresas y negocios, aunque también puede aplicarse para la administración de las finanzas personales, que tiene como objetivo dar seguimiento a los gastos operativos de capital. Existen dos métodos para saber cómo calcularlo: el directo y el indirecto, el más utilizado por organizaciones es el segundo.
Asimismo, el flujo de efectivo es, en otras palabras, el dinero que entra y sale de las operaciones de una empresa en un determinado periodo; brinda certeza sobre lo que se compra y lo que se vende. Puede ser de un solo producto o del total de los procedimientos. Es decir, se trata de dar seguimiento a la ruta del dinero en el gasto de las compañías u organizaciones.
Para explicarlo en el ámbito de las finanzas personales, tú compras un café y unas galletas cada día antes de llegar a la oficina, las disfrutas y deseas regresar a la mañana siguiente, sin embargo, al final de mes te das cuenta de que el dinero no te había alcanzado para tus demás gastos, así como para liquidar algunas deudas.
Entonces analizas tus operaciones; revisas tus pagos y transacciones realizadas durante ese periodo y te percatas de que comprar todos los días café y galletas ha mermado el pago de otras transacciones mensuales. Reflexionas con ello te das cuenta de que tus gastos no fueron lo más adecuados que digamos.
Asimismo, ese análisis sobre los gastos que generaste en ese mes es tu flujo de efectivo, y conocerlo te permitirá tomar mejores decisiones sobre el manejo de tu dinero, con el objetivo de optimizar dicho recurso en gastos prioritarios, claro, en el ámbito de tus finanzas personales.
Flujo de efectivo y su paso por la historia
El concepto de flujo de efectivo surgió a mediados del siglo XX por la necesidad de conocer de dónde se obtuvo un recurso en una empresa y a dónde fue a parar. En ese sentido, el efectivo se puede definir como los capitales que se utilizan a corto plazo y que tienen la finalidad de hacer frente a un gasto determinado.
El documento Estado de Flujo de Efectivo, de Reinaldo Vargas Soto, da a conocer que en el año 1973 se fundó el Consejo de Normas de Contabilidad Financiera (FASB, por sus siglas en inglés), donde se concluyó que el Estado de Cambios en la Situación Financiera (como se le conocía hasta entonces) tenía una serie de debilidades e inconvenientes cuando se presentan problemas en la economía. Fue hasta el 15 de julio de 1988, mediante el pronunciamiento FAS95 que surge el Estado de Flujos de Efectivo.
En el caso de México, el concepto de flujo de efectivo surgió en 1988, en sustitución del Estado de Cambios en la Situación Financiera. Las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) llevan a cabo un reporte de operaciones cada trimestre. Dentro de él lo que notifican las compañías se encuentra su flujo de efectivo, así como el detalle de cuál fue su desarrollo y/o desempeño durante los últimos tres meses. Además, se informar qué entró, qué salió, cuánto fue su costo. Incluso, todas sus referencias directas a números similares de un mismo periodo anterior.