Para entender cómo es el flujo de caja, debemos saber que existe un flujo de caja proyectado y existe el flujo de caja neto, para el caso del primero es un proceso que permite tener mayor visibilidad sobre las entradas y salidas monetarias que pueda tener una empresa sin que en realidad se estén llevando a cabo, ya que como su nombre lo dice, es una proyección de los movimientos. Este proceso también ayuda a saber cuándo, cuánto dinero, y por cuánto habrá excedentes de efectivo en la organización. Al mismo tiempo que conocemos cuáles son estos momentos, el negocio puede tomar decisiones anticipándose a manera de evitar potenciales contratiempos que pongan en riesgo el negocio.
Por otro lado, el flujo de caja neto es el efectivo que entra y sale dentro del negocio u organización. Este flujo comparte una proyección sobre las estrategias de inversión que pueda llevar a cabo la entidad, ya que se trata de un flujo que se obtiene sumando las amortizaciones practicadas durante el límite temporal en la que se adquiere este beneficio.
Este es uno de los indicadores primordiales al momento de cuantificar el volumen y liquidez de las empresas en algún periodo específico, ayudando a los elementos de la organización a tomar decisiones sobre los movimientos económicos que se lleven a cabo.