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Para estas pequeñas empresas hispanas, pertenecer a una comunidad solidaria lo es todo
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Para estas pequeñas empresas hispanas, pertenecer a una comunidad solidaria lo es todo

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En este mes celebramos la herencia hispana en los Estados Unidos. El tema de Intuit, "Unidos crecemos", invita a reflexionar sobre cómo una economía construida por pequeñas empresas hace comunidades más fuertes, inclusivas y solidarias, incluso después de períodos difíciles, como lo fue la pandemia. 


En una encuesta de QuickBooks, más del 60% de los encuestados estuvieron de acuerdo en que las comunidades latinas/hispanas hacen contribuciones importantes a la economía y la cultura de los EE. UU. Un dato curioso: los dueños de negocios hispanos y latinos comienzan sus negocios, en promedio, cuando tienen solo 26 años. Esto es dos años antes que otros dueños de negocios. Además, la familia y la comunidad juegan un papel clave: nueve de cada diez dicen que alguien en su familia los inspiró o animó a dar el salto y hacerlo solos.


A continuación hacemos un recorrido por tres vecindarios latinos legendarios en los Estados Unidos, para conocer y aprender más sobre los empresarios que impulsan sus economías y los miembros de la comunidad que los apoyan. Primero: Pilsen en Chicago, seguido por Calle Ocho en Miami y terminaremos la gira en Barrio Logan, en San Diego.

Pilsen illustration

Ilustración de Víctor Meléndez

Pilsen es un centro creativo en el que se mezcla el arte, la comida y la cultura mexicana

Chicago, Illinois


Pilsen—un conocido barrio en la parte oeste de Chicago—está en constante transformación. 

Fundado por inmigrantes irlandeses y alemanes, fue también hogar de la comunidad checa hasta mitad del siglo pasado, cuando familias mexicanas fueron desplazadas por la construcción de la Universidad de Illinois. 


Los aclamados murales de Pilsen son un reflejo del legado mexicoamericano del área y de su lucha. El barrio es también el hogar del primer museo acreditado en Estados Unidos que se dedica a la preservación y celebración del arte y la cultura mexicana: el Museo Nacional de Arte Mexicano.


A continuación, dos emprendedores locales comparten lo que significa para ellos vivir y trabajar en Pilsen. Además, resaltan las dinámicas que ocurren entre las pequeñas empresas locales.


Chef Alfonso Sotelo


Hace siete años, el chef Alfonso Sotelo abrió el restaurante  5 Rabanitos, un nombre que hace homenaje a su infancia en México. La familia de Sotelo crecía rábanos en el estado de Guerrero, para su subsistencia. Cuando el futuro chef y sus hermanos llevaban su cosecha para vender al mercado, la gente los veía y decía “Ahh, ya vienen los cinco rabanitos” - de ahí el nombre del restaurante. Un dato curioso es que casi todos los platos que se sirven en el restaurante están decorados con rábanos.


Es el 15 de septiembre, una jornada antes del día de la celebración de la independencia de México, y Sotelo está trabajando arduamente para celebrar su país natal y retribuir a la comunidad. “Aunque no podemos estar en México físicamente, nuestros corazones están allí hoy. Por eso, tenemos un platillo diferente en nuestro menú: chiles en nogada, que es el especial del mes”, explica Sotelo antes de dar detalles de una deliciosa lista de ingredientes que incluye chiles poblanos, carne molida, frutos secos, semillas de granada y una crema con una base de nuez.

Ser parte de Pilsen significa mucho para Sotelo. Siempre ha sido más fácil para él navegar en la comunidad predominantemente hispana, especialmente cuando llegó a los Estados Unidos, a los 20 años, hablando poco inglés. Hoy en día le gusta visitar el parque local y cada vez que extraña su país natal, visita el Museo Nacional de Arte Mexicano.

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En este barrio, si trabajas duro, nada es imposible.
Chef Alfonso Sotelo

Pero lo que más disfruta Sotelo de Pilsen es el apoyo que los miembros de la comunidad han brindado a su negocio. “En los siete años que mi negocio ha estado operando, siempre he tenido el apoyo de los restaurantes locales”, dice. “Estamos constantemente hablando, actuando para que a todos les vaya bien para crecer y avanzar en conjunto”.


La inflación es una preocupación para los dueños de pequeños negocios. En 5 Rabanitos, también se está sintiendo la presión. “Estamos pagando más del doble de lo que solíamos pagar el año pasado por muchos artículos”, señala el chef. El negocio también se vio afectado por el reciente aumento del salario mínimo, pero eso trajo a Sotelo más alegrías que angustias. “Recuerdo aquellos tiempos”, recuerda de su propia experiencia. “Alimentar a tu familia con un salario mínimo bajo es muy difícil”.

Durante épocas difíciles, los residentes de Pilsen se animan unos a otros. Sotelo se asegura de recomendar otros negocios a sus clientes para que estos quieran volver al área. Después de todo, así es como la comunidad de Pilsen ha hecho realidad su sueño americano.


“Ser hispano significa mucho para mí: es parte de mi identidad”, explica. “Estados Unidos me ha dado mucho. Soy un inmigrante que hizo realidad su sueño americano. Y mi corazón está aquí, pero también está en México, donde nací. Estoy orgulloso de mis raíces y de la familia de donde vengo. Somos gente trabajadora. Y, en este barrio, si trabajas duro, nada es imposible”.


Miguel Torres


Miguel Torres trabaja bien asumiendo riesgos. Él es un emprendedor de Pilsen, de 38 años, que abrió un pequeño negocio para reparar teléfonos celulares durante la pandemia. Ahora, dos años después, Device Fix no solo sobrevivió, sino que prosperó durante el confinamiento.

El secreto de su éxito, dice Torres, ha sido ser flexible y atender las necesidades específicas de su comunidad. El negocio comenzó solo con reparaciones de teléfonos móviles, pero cuando el COVID-19 llegó a la ciudad, se dio cuenta de que muchos niños estaban recibiendo dispositivos informáticos y que sus cuidadores necesitaban ayuda con ellos. “Con los niños, a veces los dispositivos se caían o un hermano les derramaba agua. Aseguramos nuestra supervivencia arreglando computadoras y tabletas también”, explica. “Luego, la gente nos pidió ayuda con consolas de juegos y dispositivos de cocina. Teníamos que ser resilientes. Entendimos lo que necesitábamos para sobrevivir”.



Torres dice que la comunidad empresarial hispana de Pilsen también respaldó a Device Fix cuando abrió. Para promocionar sus servicios, Torres y su equipo organizaron eventos al aire libre donde invitaron a personas de todas las edades y donde los restaurantes locales donaron las bebidas. La compañía local de micheladas incluso descubrió que sus aguas frescas eran un gran éxito en estos eventos y decidió agregarlas oficialmente a su menú. “Terminamos beneficiándonos unos a otros”, señala Torres con calidez.


¿Otro aspecto que aseguró el éxito de Torres? Proporcionar servicios en inglés y español. Sus padres hablan español, por lo que fue criado bilingüe. “Estoy orgulloso de ser mexicano. Estoy orgulloso de poder hablar el idioma que habla mi familia y muchos de mis vecinos”, dice. “Ser bilingüe solo me ha ayudado a hacer crecer mi negocio y expandir mis horizontes”.

Calle Ocho illustration

Ilustración de Víctor Meléndez

A lo largo de la Calle Ocho, en la Pequeña Habana hay una fusión de culturas

Miami, Florida


Calle Ocho es una de las calles más concurridas del histórico barrio de Little Havana en Miami, llamado así por su gran población local cubana. Aquí encontrarás restaurantes y cafecitos caribeños, tabaquerías de antaño, barberías, un parque de dominó y un monumento a los héroes cubanos y cubanoamericanos. Y si vienes el tercer viernes de cada mes, podrás disfrutar de un festival cultural al aire libre repleto de artesanos locales, música en vivo y baile.


“Hoy en día, en la Calle Ocho hay una fusión de muchas culturas”, dice Brenda Betancourt, presidenta de la Cámara Interamericana de Comercio de Calle Ocho. “El área solía ser mayoritariamente cubana, pero hoy tenemos residentes que son de todo el continente americano. Para aquellas personas que no pueden viajar a sus países, Calle Ocho les acerca un pedacito de su casa… Es un lugar para empaparse de muchas culturas”.


Betancourt dice que uno de los mayores desafíos del área para la Cámara ha sido ayudar a las pequeñas empresas durante la pandemia. “Tenemos subvenciones disponibles para ayudarlos, pero muchas personas no solicitan. A veces no quieren la ayuda del gobierno y eso significa que aquellos que más la necesitan pueden no recibirla”.


A pesar de esos desafíos específicos de la pandemia, los propietarios de pequeñas empresas en el barrio siempre se han apoyado unos a otros. Aquí hablamos con solo tres de los muchos dueños de negocios locales que llaman hogar a Calle Ocho.


Marina Rivera


Marina Rivera describe a su restaurante, El Pub, como un lugar “donde la Cuba de ayer se vive hoy”. Sus padres adquirieron el restaurante en 1995 y lo abrieron oficialmente en 1996. Hoy, Rivera dirige el negocio con su familia.

“Calle Ocho es como una leyenda. Solía ser como ir a La Habana Vieja en Cuba. Pero hoy en día se siente más como las Naciones Unidas”, comparte. “Aquí mantenemos vivas las tradiciones cubanas y los inmigrantes de muchos países, como Venezuela, Honduras y El Salvador, contribuyen también a que nuestro barrio sea un lugar mejor”.


Rivera usó la pandemia como una oportunidad para renovar el restaurante: “Monté una terraza y pinté las paredes”. Y cuando se vio obligada a cerrar por mandatos de seguridad, Marina estuvo ahí para el barrio, haciendo comida para la gente que la necesitaba.


“Uno de los aspectos que más me emociona de trabajar en Calle Ocho es que siento que es una pequeña parte de Cuba. Para mí, estar aquí todos los días es un recuerdo de lo que uno sacrifica al dejar su país de origen y, al mismo tiempo, las recompensas y bendiciones que recibe en su nuevo hogar”, concluye Rivera.

Wally and Rolando Elejande


Wally y Rolando Elejalde han visto cambiar drásticamente su vecindario en los últimos 20 años. Los dueños de Master Cut Salon, una barbería de la Calle Ocho, llegaron de Cuba hace dos décadas. En ese momento, no se veían turistas caminando por las calles del área. “Somos una de las pequeñas empresas más antiguas de la zona. Hemos visto a muchos emprendedores llegar, irse, cambiar de lugar. Lo hemos visto todo”, dice Wally. “Vine a una edad temprana y mis hijos crecieron aquí”.


Trabajar en el corazón de un barrio cosmopolita hoy significa que sus clientes vienen de todos los rincones del mundo. “Mi esposo tiene más de 300 clientes establecidos”, afirma con orgullo Wally. “El negocio va bien y los turistas también vienen cuando necesitan un corte de pelo”.


Sin embargo, establecerse no fue fácil. La voz de Wally se corta cuando habla de los comienzos de la pareja en Calle Ocho. “Los socios que teníamos eran muy importantes”, dice. “Siempre estuvieron ahí para ayudarnos. Fueron vecinos muy amables y generosos que nos trataron como si fuéramos parte de su familia”.

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Calle Ocho es nuestra casa. Nos encanta la alegría y la diversidad de este barrio.
Wally Elejande

El apoyo de la comunidad fue clave durante la pandemia, al igual que su experiencia de vida. “La situación que enfrentamos en Cuba nos preparó para tiempos difíciles”, admite Wally. “Las condiciones de vida eran críticas y de ahí aprendimos. Desde que llegamos a los EE. UU., siempre hemos tenido ahorros listos para cualquier emergencia”. Esos ahorros resultaron especialmente útiles durante los últimos dos años.


Al igual que muchos dueños de negocios en Calle Ocho, la familia Elejalde ha ampliado sus servicios y fuentes de ingresos después de la pandemia. Rolando ahora vende sus pinturas y la pareja decora dominós para vendérselos a los turistas. Cualquier cosa para apoyar y retribuir a la comunidad que aman.


“Calle Ocho es nuestra casa. Nos encanta la alegría y la diversidad que hay en este barrio. Estoy orgullosa de ser cubano. Orgullosa de ser hispana. La gente de aquí es muy abierta, solidaria y alegre”. dice Wally, invitando a la gente a venir una tarde y caminar por la Calle Ocho. Eso podría ser suficiente para darse cuenta del por qué están enamorados de aquel barrio al que llaman hogar. “Entenderás por qué nos quedamos y por qué nos encanta trabajar aquí”.

Barrio Logan illustration

Ilustración de Víctor Meléndez

En Barrio Logan, la creatividad prospera a través de la cultura chicana.

San Diego, California


Barrio Logan, un vecindario vibrante en el centro sur de San Diego, ha sido durante mucho tiempo un punto focal de la cultura mexicana. Durante la Revolución Mexicana en 1910, los refugiados huyeron hacia el norte y echaron raíces en Barrio Logan. Hoy en día, el barrio es mejor conocido por sus galerías, cervecerías, restaurantes y pequeños negocios que celebran la herencia y la tradición mexicana. En el corazón de Barrio Logan se encuentra Chicano Park, donde hay 79 murales históricos que brindan el telón de fondo para festivales, círculos de tambores y exhibiciones de autos. Una coalición de artistas, residentes y líderes comunitarios ayuda a los dueños de los negocios del vecindario a preservar la cultura chicana.


A continuación, hablamos con dos de ellos sobre los desafíos de los artistas y emprendedores de la zona, así como la importancia de una comunidad solidaria para los emprendedores locales.


Hector Villegas


“Barrio Logan es un pedacito del cielo para mí”, dice Héctor Villegas, un reconocido artista chicano que comenzó su carrera como aprendiz durante la renovación del Chicano Park en 2011. “Desde que era niño, Barrio Logan me dio un sentido de pertenencia. Las personas que vivían aquí se cuidaban entre sí. Yo conocía a todos mis vecinos: a la familia propietaria de una panadería cercana y otra propietaria de la tortillería. Conocía a todos en la escuela. Me encantó crecer aquí. Siempre me sentí en casa”.


Chicano Park es un lugar muy especial para Villegas. Pintó tres de sus propios murales en el parque durante la renovación y ha sido propietario de una galería de arte local, Galeria 1904, durante casi diez años. “Con la galería promuevo a artistas hispanos, chicanos, mexicanos y latinoamericanos ya que no hay otros lugares como este en San Diego”.

Si bien Villegas ha tenido la oportunidad de viajar y vivir en diferentes países, siempre añora el Barrio donde creció. “Una de las razones por las que comencé a pintar es que mis padres son parte huicholes y coras, y la historia de nuestra cultura indígena se refleja en los murales”. El artista se refiere al vecindario como una “meca” donde los mexicoamericanos y sus hijos e hijas, ahora chicanos, son libres de expresar su cultura.



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Tienes que ser activo en tu comunidad para tener éxito.
Hector Villegas

Pero uno de los mayores desafíos que observa el artista en Barrio Logan es la gentrificación. Algunos propietarios de negocios pequeños  se ven obligados a abandonar el vecindario porque ya no ganan suficiente dinero para vivir allí. Desde el punto de vista de Villegas, Barrio Logan pierde una parte importante de la comunidad cada vez que cierra una pequeña empresa o se van los residentes de mucho tiempo.


La pandemia también golpeó al área y varios negocios tuvieron que cerrar. Villegas trató de ayudar consumiendo en pequeños negocios vecinos. “Tienes que ser activo en tu comunidad para tener éxito”, dice el artista .


Y aunque la pandemia resultó difícil para muchos, Villegas pudo prosperar. Pasó mucho tiempo en su estudio para pintar, lo que resultó lucrativo. “Empecé a vender muchas piezas”, dice Villegas. “Como la gente estaba en casa, muchos querían comprar arte. Tuvimos suerte de haber sobrevivido”.


Alexandra Perez Demma


Alexandra Perez Demma tiene una misión importante: ayudar a los artistas independientes a tener éxito en Barrio Logan. Su empresa, Simón Limón, es un espacio comercial curado que promueve el trabajo de creativos y creadores hispanos.

“Mi objetivo es ayudar a los creativos a hacer crecer sus negocios sin tener que invertir una fortuna para comenzar. Estoy tratando de ahorrarles dinero alquilando un lugar, haciendo la marca y el papeleo, y así sucesivamente”, explica Demma.


Alex, como la llaman sus amigos, es una mujer mexicoamericana que creció en Cabo San Lucas, México. Su madre es de Nueva York y su padre de Veracruz, México. Para ella, su identidad es compleja. Ser hispana conlleva tantas identidades diferentes, “que es lo que lo hace tan rico, diverso y hermoso”.


Durante la pandemia, Perez Demma observó que las pequeñas empresas de su comunidad se unían con una fuerza nunca antes vista. La gente pidió ayuda al gobierno y se ofrecieron subvenciones. El Consorcio de Logan Avenue y la Asociación Barrio Logan organizaron eventos que atrajeron a turistas de toda la ciudad. Ayudó, pero también tuvo una consecuencia no deseada.

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Tener un sistema de apoyo es importante. Por eso me gusta tener mi negocio en Barrio Logan.
Alexandra Perez Demma

“Solíamos depender de las exposiciones de arte que ocurrían cada dos sábados. Ahora, a la gente se le está subiendo el precio (de la renta) y los eventos ya no son suficientes. Estamos tratando de encontrar una manera de traer de vuelta el arte y los artistas de nuestra comunidad que tuvieron que irse porque no podían pagar los alquileres”.


Aparte de la gentrificación, Perez Demma cree que los propietarios de pequeñas empresas en la comunidad se beneficiarían de educación empresarial adecuada, especialmente cuando se trata de papeleo e impuestos. “Cometí errores y fue costoso”, dice ella. “Incluso durante la pandemia, algunas empresas no estaban debidamente registradas y no podían solicitar subvenciones. Sufrieron porque no tenían la educación empresarial adecuada”.


Para Perez Demma y ​​para muchos residentes de Barrio Logan, encontrar una comunidad activa, que la apoyó cuando lo necesitaba, fue el factor más importante para iniciar su negocio. Como alguien que siempre quiere devolver el favor, ofrece el siguiente consejo a los aspirantes a comenzar sus propios negocios: “No sean tímidos. Hagan preguntas. Ser vulnerable está bien y esa es la única forma en la que podemos aprender. Tener un sistema de apoyo es importante. Por eso me gusta tener mi negocio en Barrio Logan”.



Unidos crecemos


A pesar de los desafíos que enfrentan los miembros de las comunidades latinas en los Estados Unidos, los empresarios de todas las edades y antecedentes detrás de las pequeñas empresas en estas tres comunidades se han unido para establecer sistemas de apoyo.


A través de la colaboración, las personas están creando negocios más sólidos. El ánimo, la creatividad, la empatía y la disponibilidad para apoyar a los que empiezan, ha hecho posible que aprendan, crezcan y triunfen.


Unidos crecemos.

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Recursos para ayudarte a crecer

Ya sea que estés iniciando, administrando o haciendo crecer tu negocio, estamos aquí para apoyarte.

Ilustración de Víctor Meléndez

Víctor Meléndez es un director de arte, diseñador e ilustrador radicado en Seattle, originario de México. Su trabajo se distingue por utilizar una combinación de líneas audaces, colores vivos, formas orgánicas y personajes fascinantes. La educación multicultural de Meléndez ha influenciado su estilo y su manera de retratar al mundo. Esta cualidad distintiva le ha dado la oportunidad de crear trabajos galardonados para una amplia variedad de clientes que incluyen REI, Pepsi, Target, Starbucks, Crayola, SubPop, USPS, Hallmark y Honda, entre otras compañías.

Víctor Meléndez

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